jueves, 28 de marzo de 2019





El medio. Un puente hacía otro lugar. El binomio entre dos cosas. El medio de un millón. Todo es una combinación.
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Círculo cromático. Colores primarios, el azul y el blanco. Da el color del cielo. Alma de anhelo entre un destello de suelo y otro espacio. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Tercera dimensión. Un abrazo en un sillón. Dejarse caer en el almohadón. Al final de día algo sabe a tu olor. Un aroma me lleva a vos, nada me distancia de tu alma, me vas devolviendo la calma.
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Ego. Un punto negro entre tanto blanco. Esa peca en mi pupila. Un ala en vuelo, la otra caída. Un único beso justo en la mejilla. El placer de mi clítoris entre tanto ardor. Un molde hecho con sus propias manos. Una escultura de mi propio cuerpo. Mi imagen en el espejo. ⠀⠀
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Amor. Un beso entre el caos. Tu beso en este caos. La calle. El ruido. Los autos. Lo ordinario. Lo desubicado. Todo se reubica. Un beso de tu nariz en la mía. El aliento de tu boca me trae el mar como si fuera una roca. Tu comisura es mi límite, mi boca se rompe sorprendida de encontrar la anatomía perfecta que me deja al borde.
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Borde, de la incertidumbre, entre lo difuminado de deshacerme, desglosando la lógica de un rito imaginario, el mito del amor, creo sentir algo universal, pero mi amor, mi centro está en tu borde, quedo en un equilibrio parecido al de la cuerda floja, el amor desmorona mis sentidos, me interpela como hace la música en mi oido. Nadie no escucha nunca a la música. Nadie nunca no sintió el amor, pero flota como las palabras abstractas entre burbujas sonoras.
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Lógica, dicen que es una, que lo que es es, que hay fines que son fines en sí mismos. Mi amor se vuelve un fin, no hay medio, no hay dimensión, todo me trae a vos, al final del día busco tu ombligo, tus bordes, el camino hecho de relieves de tu espalda, tu entrepierna articulándose conmigo. Te busco en mi auricular como un medio para encontrar tu música. Sos la musa más clara, en tu silueta no hay lunar que no sea fiel al magnetismo de tu cintura. Te cuento al oído...la mía está embelesada sobre la tuya.

jueves, 21 de marzo de 2019

Tu tempo cardinal


   Tu tempo cardinal


Un abrazo semidistante
me roza al saludarte
Se prende fuego
todo cerca de mi entrepierna

Buscando asilo itinerante
Intento buscar la equidistancia
entre tu brazo, tu ojo y mi entreceja
Se me transparenta en el brillo del ojo
que te observo de reojo

Se me cae la cara
La soltura es arma
Desentramando los dedos de una mano
Fue apareciendo otro tempo

Abrir y cerrar de ojos se volvió leyenda
Aprendí tu lenguaje de señas
Queriendo parecerte a la tormenta
Sólo encuentro más primavera

Estaba buscando algo fresco
Te encontré en tu afán de merodear
deseando que el azar te encuentre a vos
y te regale un rato una mente en blanco

El blanco de tu ojo es de color
No hay nada neutro en vos
Tu balance marea mis ejes
de norte a sur de este a oeste







lunes, 18 de marzo de 2019

Mate agrietado

Un mate.
De cerámica, ¿quien diría que lo que hacemos a veces no se arregla? Si la cerámica la hacemos con nuestras manos. Si el mate es un invento, y el mate de cerámica un hecho.

Nadie me dijo nunca antes que algo que uno hace a veces no se arregla con nada.

Es el fin en sí mismo, creo que si algo se quiebra no lo puedo usar. Creo en vano. Invento para intentar plasmar algo que entiendo es rompible. Y cómo se entiende que algo que uno genera puede romper. Puede quebrar y por más ínfima sea la grieta a veces ni su mismo material lo arregla. No hay mejora. No hay arreglo. Es un hecho nuestro invento. Inventamos también lo que rompe, lo que estalla, lo que agrieta. Creamos lazos que nos interpelan, nos aprietan. Otros abrazan hasta romper, no todos los brazos llegan a tocarse con las manos. 
El abrazo un invento de algún cuento. ¿Será cierto eso del abrazo eterno? ¿Quién dice que no es todo frágil? Si mi mate, mi depósito de yerba, mi caja de pensamientos, el recorrido de mi bombilla como agua que fluye por un solo tubo, lo acaloro y nada importa si yo no me quemo. Egoísmo. ¡Puro egoísmo el de mi ombligo! Agrieta el cordón desde la punta del tuyo, algo se suelta. Algo en tu abrazo.
Egoísta mi boca que no para si no arde, que no sale si no quema. Error el de mi oído de escuchar hasta el cansancio. Qué egoísta mi mano que eligió cargar con esto. Que egoísta mi brazo que buscando algo distinto te encontró.

Mi mate.
La cerámica, se resquebraja. Se moja la bombilla, se empapa mi garganta, caliente, húmeda, moja. Gotea.
La cerámica se rompe, los lazos estallan. No hay arreglo, el mundo pone las reglas. La ola rompe. El sexo termina. Un grito termina en el silencio. Un eco. Un instante.
¡¡Nadie me dijo!! Nadie me dijo, que la ley de gravedad funciona hasta para el cansancio, se agrieta en el suelo mi mate, se quiebra la cerámica, se quiebra un corazón.
Los lazos se rompen también, las grietas por más finas que sean también quiebran, la grieta puede estar sellada por fuera. Pero lo roto, roto está. El dolor tiene una cicatriz, el amor es lo que sella.